La Ópera de Sídney ha reabierto su más grande espacio, la Sala de Conciertos. Desde que cerró por reformas en febrero de 2020, el espacio se ha sometido a extensas renovaciones para mejorar el rendimiento acústico, mejorar el acceso para las personas con necesidades de movilidad y actualizar los sistemas de puesta en escena. El proceso de renovación respeta los interiores originales, al tiempo que equipa mejor la sala para presentar una amplia gama de espectáculos. Este es el mayor y último proyecto de la Década de la Renovación de la Ópera, un programa de 10 años de obras de renovación que asciende a un total de casi 300 millones de dólares para mejorar el monumento, declarado Patrimonio de la Humanidad, antes de su 50º aniversario en 2023.
Una de las principales intenciones del proyecto era mejorar la acústica para los artistas y el público, tanto en modo orquestal como amplificado. Para ello se instalaron 18 nuevos reflectores acústicos sobre el escenario, en sustitución de los antiguos "donuts" de acrílico transparente. Los nuevos pétalos acústicos se colocan en diferentes posiciones, en función de la música que se interpreta. Están acabados en un magenta semibrillante, el color de los asientos de la Sala de Conciertos elegido por Peter Hall, el arquitecto que completó la Ópera tras la salida de Jørn Utzon del proyecto. También se han añadido paneles de difusión acústica a los frentes de los palcos de madera del recinto para equilibrar el sonido en las actuaciones sin amplificación.
También se han mejorado los sistemas de teatro y escenario. Los elevadores de escenario automatizados permiten a los músicos escucharse el uno al otro con mayor claridad, mientras que el sistema de cortinaje automatizado facilita el paso del modo orquestal al amplificado. También ayuda a amortiguar la reverberación y a crear un sonido más completo y rico. El escenario se ha rebajado 400 mm para mejorar las líneas de visión y crear más intimidad entre los artistas y el público. También se han ampliado las zonas entre bastidores con dos nuevas salas de ensayo.
Otras mejoras incluyen la instalación de un nuevo ascensor y pasillo, que permite a los usuarios de sillas de ruedas acceder de forma independiente a todos los niveles de la Sala de Conciertos, incluido el Vestíbulo Norte, una zona antes inaccesible para las personas con movilidad reducida. También se ha duplicado el número de asientos accesibles, incluidas las opciones de butacas y palcos.
Los artistas y el público podrán disfrutar de una acústica de primera clase en un lugar más accesible, más seguro y mejor equipado para presentar toda la gama de espectáculos del siglo XXI. - Louise Herron, directora general de la Ópera de Sídney
La Sala de Conciertos es una de las mayores salas de espectáculos del mundo, que puede acoger hasta 2.600 espectadores. Al medir 25 metros desde el escenario hasta la corona superior, la sala supone un reto técnico para los ingenieros acústicos, a los que se les encargó perfeccionar la calidad del sonido para todo tipo de actuaciones. Según los responsables de la Ópera de Sídney, se ha reciclado el 91% de los residuos de la demolición, muy por encima del objetivo inicial del 80%. Parte de la madera recuperada fue reutilizada por el compositor de First Nations e intérprete de didgeridoo William Barton para crear 60 pares de palillos.
Un equipo de expertos, entre los que se encuentran los ingenieros estructurales Arup, ARM Architecture, los asesores de patrimonio Design 5, los consultores de teatro Theatreplan, la empresa constructora Taylor, el contratista especializado en maquinaria de teatro Waagner Biro, los ingenieros de servicios de construcción Steensen Varming, los acústicos Müller-BBM y el equipo del proyecto de renovación de la Ópera, han trabajado juntos para integrar las mejoras en la estructura existente. Las obras se han llevado a cabo de acuerdo con el Plan de Gestión de la Conservación de la Ópera para garantizar que las mejoras respeten los interiores originales, diseñados por el arquitecto Peter Hall.